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viernes, 20 de enero de 2012

Manialandia

Cómo jugar ping pong en el Hospita
Manialandia es el rincón perfecto para mostrar nuestras manías o adicciones. Tenemos tantas manías o adicciones como tenemos tantas cualidades y virtudes. Todo el mundo tiene sus propias manías y adicciones. El ser humano, en realidad, es un verdadero maníaco o adicto a ciertas cosas, por ejemplo: a la música, poesía, canto, baile, alcohol, comida, droga, dinero, sexo, escritura, lectura, matematica, física, ciencia, cuento, fábula, historieta, cine, internet, chiste, arte, ordenador, novela, etc. Todo lo comvierte en una manía o en una adicción.
Es bueno que el ser humano sea adicto o maníaco pues gracias a ello florece también la virtud, relajación, alegría, bienestar, risa, etc.
Escuché hablar a cerca de un hombre apodado Martincho quien, en realidad, se llamaba José Martín pero que todos le decían simplemente Martincho por su carácter, aspecto, ocurrencia, originalidad, necedad y sabiduría. Sin embargo debió de ser un hombre honesto. Pues un día estaba arrepentido de haber tenido una aventura con su propia secretaria, ya que ella había quedado
embarazada.


















El hombre dio vueltas y vueltas al asunto porque, según una antigua costumbre de su familia, era preferible que su esposa, Emilia, se entere de sus propios labios que de otros. Así que, después de tanta vuelta al asunto, encontró una clave para confesarle lo sucedido. Buscó la oportunidad adecuada, pero no parecía encontrar.

Al fin, después de varios días, dio con el momento oportuno. Era una mañana de martes y su esposa estaba de buen humor. Ella se encontraba cariñosa y juguetona.
Viendo que era el momento justo, el hombre apostilló:
- Emilia, esposa mía, tengo una noticia que decirte:
Ella replicó:
- Dímelo cariño.
Entonces Martincho intentó:
- Quería decirte que la secretaria…
La mujer interrumpió corrigiéndole:
- Oh, tesoro. No digas: ‘la secretaria…’ sino ‘nuestra secretaria…’
El hombre asintió:
- Está bien. Como quieras. Y continuó diciendo, tomando en cuenta la advertencia de su esposa: 
- ‘Quería decirte que nuestra secretaria va a tener un hijo nuestro…’

Así es como funciona la vida. Por un lado la necedad, por otro la sabiduría; por un lado la inocencia, por otro la astucia; por un lado la muerte, por otro la vida... Los dos funcionan como las dos caras de una misma moneda. Ahí se encuenta la grandeza de la Existencia.

Por ese motivo tan importante en Manialandia apreciamos las manías y las adicciones, las virtudes y las cualidades, de todo tipo pues, ellos, expresan de la mejor forma posible lo que es en realidad el ser humano. Quizá el modelo perfecto sea Martincho pues era un hombre pleno, por contener ambas cosas, la necedad y la sabiduría. El libro cómico 'Fábulas de Martincho' recoge todas su anécdotas y vivencias de ese hombre divino y diabólico al mismo tiempo.

Ohslho

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